Ayer tuve la ocasión, de nuevo, de estar en un escenario, haciendo una de las cosas que más me gusta, actuar. En el Teatro Pradillo de la mano de Claudia Faci, sí, así, de la mano es como transcurrió mi intervención como Míster X en la obra A-creedores basada en la obra Acreedores, del autor sueco August Strindberg, dejándome llevar e improvisando una mirada de la obra desde dentro mismo.
Strinberg narra la historia de un ajuste de cuentas entre una mujer, su ex marido y su actual pareja, un conflicto de intereses que desemboca en auténtica violencia psíquica. Claudia Faci lo que nos propuso en su visión, es una mirada subjetiva que busque hacerse cargo de los aspectos sensibles. Y así me vi envuelto en la obra como Mister X, un personaje ambiguo que accede al escenario por deseo de Claudia y que va tomando protagonismo al mismo tiempo que Adolfo empieza a transformarse. Pablo Messiez estuvo deslumbrante y amable conmigo y Fernanda Orazi, que construye un personaje tremendamente cargado de sensualidad, me dedicó una sonrisa constante mientras me dirigía en el escenario. Compartí con Claudia la interpretación de los personajes negativos y oscuros, los malos de la escena. ¿Los malos? al final siempre es una visión subjetiva, parcial y de la que con pocos matices uno siempre puede escaparse.
A veces ser feliz es sencillo, me quedo con el baile en la penumbra, las sombras en la pared y la sensación de poder ser más, quizá con poco.
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